solo muros, mentes retorcidas
como una cobarde huida
del amor y la cordura.
Aniden alondras en vuestro ceño
amado secreto tan preciado
en nombre de Dios encendidos
poemas y besos, sobre los leños.
Y fría noche en las penumbras
sin enceres, ni blancas hojas
palabras tiernas y amorosas
dentro de mí, se herrumbran.
La luna, que es nuestra luna
cómplice inspiración sacra
si ella os abraza, abrazadla
son mis manos y vuestras dunas.
Amada virreina, mi amiga
no preguntéis por mi sombra
voltead ante esta deshonra
como el rayo a las espigas.
Llegarán a ti mis amores
diversos como las frutas
sobre la brisa su ruta
en blancas rosas, colores.
Y cuando arribe el momento
de fragmentar tanta ausencia
serán vuestros labios cadencia
en la roja sal del flagelo.
Oh Señor…qué esperáis?
Soy tu sierva y soy tu esclava
pongo en letras y en palabras
un amor que condenáis.
Rita Mercedes Chio
(Argentina)