Señor,
Qué está pasando conmigo?
Lloro demasiado, sin sentido, talvez
Y poco río…
Como una mariposa extraviada,
Ante flores de pura seda
Como un pájaro, sin su nido.
Y las aguas me saben pesadas
Como pesado el olvido.
Haces que crezca madura
Como la mejor de tus frutas
Austera en palabras vanas,
Pero abundante en ternuras.
Lloro por lo que no he llorado
A destiempo con la vida
No son lágrimas de penares
Ni dolor de arrepentida
Tu mano me ha dado todo
Rosas, aromas y espinas.
Puede que los años sean
Como un sol tras la montaña
Ponen luz sobre mis mareas
Y sombras en mis pestañas.
Rita Mercedes Chio
Derechos reservados