Esperad el desmayo del sol
La primera estrella, esperad
Que en luna llena los amantes
Regalan luz a la oscuridad.
Esperad que despierte la noche
En los claros visos de mis secretos
Tendréis fugaces dos rosas
En el páramo azul de mis senos.
Esperad que el ave enmudezca
Bajo el dosel de tu falda
Amar es un premio de Dios
Amarte, castigo para mi alma.
Y vuestra presencia en mi vida
Murmullo, aroma de inciensos
Condena de los condenados
Dolor y gozo, de mis infiernos.
Agua de rosas sobre tu rostro
Bendigo el poema de tu tibia boca
Si he de morir en pecado
condenadme ya, cáliz de sombras.
Rosa, la rosa de mi cuerpo
Exuda promesas de penitencia
Vuestra mano en cada pétalo
Vuestros labios en mi conciencia.
Rita Mercedes Chio
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